La bailarina que no se depila





Imagino que much@s habrán leído la publicación de chile okulto a propósito del debate sobre la bailarina de la marcha contra la violencia de género que aparece en la fotografía (manifestación realizada en noviembre del 2017). 
Pues bien, leí indignada los comentarios de mujeres y hombres que la criticaban, ofendían y ridiculizaban. Sentí ganas profundas de funarlos a todos y cada un@. Pero me propuse resumir el debate en algunos datos interesantes que les presento de modo un poco atemporal.

A las 21:00 hrs. del viernes 01 de diciembre, y tras un día de ser publicada, la noticia tenía:  

  •  2.771 reacciones
  • Fue compartida 142 veces
  • 663 comentarios y esos comentarios tenían entre cero y 30 respuestas cada uno.
  • El contenido de los comentarios en contra hacen referencia a aspectos denigrantes hacia la mujer de la foto (asco, vinculación entre vellos y mal olor, poca higiene, burlas y chistes).
  • El contenido de los comentarios a favor hace referencia principalmente a resaltar el valor de no depilarse, de la libertad personal y de la lucha feminista. 
Al ver la noticia desde esta perspectiva me surgen algunas preguntas: ¿Cuántas veces se menciona la palabra feminazi en los comentarios y en qué contexto aparece? ¿Cuántas veces comenta cada persona y qué tipo de argumentos utilizan? ¿Cuántos de los comentarios (a favor y en contra) son realizados por hombres y cuántos por mujeres? 


A mi juicio, las redes sociales son un espacio de creación de subjetividades, un espacio cómodo desde el cual opinar, pero que también construye realidades, y aunque no tod@s estemos de acuerdo con el uso actual que le damos, es aquí donde se están debatiendo y definiendo las prioridades en relación a los cambios sociales que esperamos, no en las urnas, no en la calle, no en la academia... sino que en facebook, con lo trágico que eso puede sonar. 



Asumiendo el impacto de las redes sociales, me parece una pequeña victoria que la noticia haya sido compartida tantas veces en 24 horas, que se genere una entusiasta discusión al respecto y que el 87% de las reacciones sean me gusta o me encanta. En este punto, comienzo a pensar que hay que ponerle aún más cabeza al asunto. Estamos respondiendo desde las viseras, escribiendo con el útero, y perdemos de vista que somos más sororas que nunca, que ante las burlas y agresiones nuestras respuestas en defensa otras mujeres se multiplican exponencialmente. 



La consigna "NINGUNA AGRESIÓN SIN RESPUESTA" es real, se puede leer en los comentarios. Así que no nos quedemos con la sensación de que la sociedad retrocede porque un sujeto con excesivo tiempo libre escribe cerca de 30 veces comentarios breves y mononeuronales del tipo: regalen una gillete, chubacas, mansa araña, etc. pues él, en su triste y amenazante minoría porcentual no sabe qué más hacer frente a un grupo de mujeres que ya no se calla, pues no está acostumbrado a que las mujeres dejemos de criticarnos entre nosotras y ahora nos apañemos.  



Tampoco nos amilanemos con las minas que nos dicen feministas al peo, pues ellas, que también son parte de la minoría porcentual, ven como se les cae el piso sobre el cual edificaron su "ser mujer", es amenazante también para ellas que cada vez nos importe menos lo que opinen sobre nuestros cuerpos, porque la claridad de que dejarte crecer los vellos no te vuelve fea o poco valiosa requiere de valentía, y para tener coraje necesitas tener seguridad de que hay personas que te aman así... Libre. 






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