Niñ@s cuidando Niñ@s


Ilustración: Mariana Villanueva


Hace días que ando triste. Soy psicóloga educacional y veo con dolor como en diversos espacios educativos explotan las denuncias por violencia sexual, desde las más cotidianas hasta las más graves, desde las más evidentes hasta las más escondidas. Me toca un rol difícil, pues se espera de mi que escuche lo que nadie quiere escuchar, guarde la confidencialidad y encause esto hacia un lugar que no le haga daño a nadie. Se espera de mi que aconseje y asesore a tod@s los no psicólog@s en relación al tema, se espera de mi que contenga y sostenga a l@s desbordados, l@s víctimas y compañeros de trabajo perplejos, pero por sobre todo que me contenga a mi misma. Soy demasiado pequeña y demasiado humana para ser como se espera que sea, así que hago con cariño lo mejor que puedo, sabiendo que es insuficiente y que no seré yo quien salve el mundo.

En este escenario explosivo, l@s estudiantes asumen el rol de hacerse cargo de cosas que no deberían, pero que son necesarias y urgentes, como crear comisiones de sexualidad y género, recolectar denuncias de acoso y tomarse el colegio. Es más, nos dan una lección al hacerlo, exponiéndose a escuchar en primera persona la brutalidad y el dolor que caracteriza la violencia sexual.

Digo responsablemente que No deberían hacerse cargo, no porque su opinión sea poco importante, sino porque es nuestro rol como adultos protegerlos y educarlos, pero no es extraño que las cosas sean al revés, sabiendo que son esos mismos estudiantes los que cuidan de sus hermanos pequeños, los que cuidan a sus madres y padres con depresión o consumo problemático de alcohol y drogas, los que cuidan a sus familias desde lejos a causa de la necesidad de migrar para buscar un futuro mejor, los que cuidan de sus abuel@s enfermos y hasta cuidan de si mismos. Son esos mismos estudiantes los que representamos con un índice de vulnerabilidad que no logra reflejar su verdadero significado, que el 80% de nuestros cabr@s vive situaciones como las que describí antes.

Veo con preocupación que esos mismos niñ@s están ahora cuidando a otros niños, sin herramientas, sin contención, enemistados con l@s adultos. SOL@S. Solos con su rabia, solos con su adolescencia transgresora de normas, solos con la seguridad de que hacen justicia por sus propias manos al inmolarse.

¿Por qué nuestros cabros rompen todo? ¿por qué tienen tienen tanta rabia? Pues porque ven que los adultos se ríen, los ignoran, los creen exagerados y les piden silencio. ¿cómo no sentir ganas de hacer algo ante la realidad aplastante del abuso y el acoso a nivel nacional? ¿cómo no hacer algo con lo que leen en el diario, ven en las noticias y comparten en sus redes sociales? ¿Cómo no hacernos cargo como sociedad de la urgencia de cambiar una cultura patriarcal que nos violenta a tod@s? Escribo esto haciendo un llamado a reflexionar junt@s, tod@s y nunca más sol@s, para elaborar el dolor colectivamente y resignificar la violencia que tanto daño nos hace a diario, construyendo nuevos modos de relacionarnos basados en el respeto y cuidado mutuo.

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4 comentarios

  1. Lili que buena reflexión. El otro dia pensaba en cómo la policia reacciona con adolescentes. Cabros chicos un poco mas grande que mi hijo que son tratado como escoria, solo por querer intervenir. De todas maneras tengo confianza en que son generaciones mas agudas que no solo muestran una realidad,sino que la intervienen.
    Muy noble reconocer las limitaciones en el trabajo y no creerse pulpo con poderes, respondiendo al "que dirán" si me declaro psicóloga, pero humana. Aguante el trabajo en los colegios, el curriculum oculto y la educación no formal. De a poquito se puede. Damaris

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  2. Gracias Damaris, me interpela mucho lo que está pasando y lo fácil que es perder de vista lo verdaderamente importante.Leí este texto en el consejo de profes y fue súper fuerte. Un abrazo para tod@s l@s colegas que desde sus lugares de trabajo hacen lo mejor que pueden para construir una sociedad más justa.

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  3. Hola Lilian, realmente impacta el nivel de vulnerabilidad que existe hoy en día en los niños y niñas. Además, el peso de una sociedad que estigmatiza, categoriza y que finalmente termina discriminando a cada uno de ellos, donde el valerse por sí mismos es la única alternativa para salir de la mierda. Me da mucha impotencia que el rol del estado sea inoperante, haga vista gorda y no se haga cargo de algo tan trascendental. Y bueno, son los jóvenes profesionales que se llevan el peso, porque algunos de los más viejos ya se rindieron hace rato ante el sistema. Como estudiante de psicología me cuestiono muchas veces si realmente puedo convivir con este roce constante al dolor, abusos de toda índole, una niñez transgredida finalmente. No es fácil. Mucho ánimo, saludos.

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  4. Tienes razón, No es fácil, pero es importante que esa pena, esa impotencia y esa frustración nos movilice a seguir generando acciones, profesionales y personales que sean transformadoras. Cariños y gracias por leer <3

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