Madre que todo lo hace



Hace rato ya que venimos hablando y escuchando del feminismo, de los derechos de nosotras las mujeres, de los abusos, de las trasgresiones, de los estereotipos, de los prejuicios, de las exigencias y expectativas que nos ponen encima, y un infinito etcétera... un tan largo etcétera que es bien fácil marearse un poco y que en ese mismo momento; se nos vuelva a pasar a llevar, se nos vuelva a moldear a la pinta de otrxs y del sistema, y por tanto, se nos vuelva a  transgredir.

Hoy  vemos diferencias importantes entre cómo vivimos nosotras y cómo vivieron nuestras abuelas y hasta nuestras madres; se supone que hoy somos más libres, que tenemos otras opciones, que nadie puede venir a decirnos qué hacer ni cómo hacerlo, que podemos decidir. 

Sin embargo, durante el último periodo de mi vida, he sido mucho más consciente  de que muchas veces, las estructuras de género, las exigencias (y expectativas) sobre nosotras y todas las transgresiones se siguen instalando, enmascaradas de "libertad".

Hace 10 meses que soy madre. Antes de parir, escuché innumerables veces lo MUY difícil que es  serlo: que no duermes, que las tetas se te rompen, que el parto, que no tendrás tiempo para nada, que no tendrás plata, y muchísimas más cosas (que ni siquiera vale la pena mencionar), y claro, es bastante difícil ser madre; pero resulta que lo difícil no es ninguna de esas cosas que me dijeron antes, sino más bien, lo complejo que es sacarse de encima las infinitas expectativas que este sistema me pone .... y más aún hoy, cuando se supone que somos "libres", donde en nombre de esa libertad, hay que hacerlas todas (hay que hacerlo todo) para defender la idea de que nosotras podemos, y claro... para no ser igual que nuestras generaciones pasadas  que por falta de opción tuvieron que quedarse en la casa criando.

No sé en qué momento se confundieron tanto las cosas  que en el camino de conseguir esa libertad que por derecho nos corresponde, nos meten la idea de que para llegar a eso tenemos que hacer todo sin renunciar a nada. Resulta que hoy no solo esperan que sea "buena mamá" (lo que en sí mismo es todo un tema que da para otra entrada), sino que también quieren que trabaje y que sea buena en ello; porque claro, ¿Cómo podría renunciar a trabajar? Si con ello me valido como persona más allá de mi rol maternal, si la ley "me protege" y me da unos meses para que me quede con el crío y después vuelva feliz y contenta a trabajar sintiéndome súper realizada y mujer moderna, empoderada  e independiente porque trabajo, cuando en la realidad; todo ese rollo no es más que la pildorita que nos dan para que les sigamos sirviendo pero sintiéndonos libres y  contentas.

A todo lo de ser la "buena mamá" que trabaja fuera de casa y que como es "buena mamá", tiene que llegar a criar y a acompañar; está la presión constante de no perderme en ninguno de esos roles,  seguir siendo "yo", seguir haciendo las cosas que antes hacía: trabajar, divertirme, verme "bien", tener mucha energía y  proyectos de vida, etcétera. En ese momento, todo se vuelve más complejo porque más allá de las dificultades cotidianas y rutinarias, más allá de mi maternidad y de mi vida, está el peso de lo cultural que ahora define que una mujer libre es aquella que lo hace todo porque puede hacerlo todo. Lo hace todo y no abandona nada, eso espera la gente, eso espera la sociedad, eso esperan quienes se han robado el discurso feminista para ponernos nuevamente más tareas encima diciéndonos cómo ser mujer hoy, con toda esta "libertad" que nos "conceden".  

En este contexto, me he visto en una posición en la que no me siento cómoda; porque pobre de mí que siendo mujer y madre me declaro feminista, ya que desde ahí en adelante aparecen estándares y formas de vida que debiera cumplir, poniendo en juicio mi poder de decisión, como si ser feminista no se tratara precisamente de eso; de ser libre de poder decidir, hacer y sentir lo que venga más honesto y genuino desde mi interior, sin tener que bancarme la necesidad de demostrarle al resto que como mujer puedo ser madre y más... cuando la verdad de las cosas, es que no tengo que demostrarle nada a nadie.


Resulta que pase lo que pase las exigencias no paran. El modelo nos insiste en que tenemos que ser madres, y en los casos en que una decidió serlo (o bien, lo fue sin alcanzar siquiera a cuestionarlo), nos aplastan diciéndonos qué tipo de madre tenemos que ser, cómo criar y cómo "seguir siendo mujeres"; como si una dejara o fuera menos mujer después de tener una guagua. 

Yo ya estoy cansada. Estoy cansada de todo esto aún cuando solo llevo 10 meses con el rótulo de "mamá". Estoy cansada, desde antes de ser madre, de sentir esa vocecita lejana que me susurra todo lo que el resto espera que yo haga con/en mi vida, y que si no hago, aparece eso que muchas de nosotras venimos sintiendo desde chicas (porque sí, desde chicas nos enseñan que así debemos sentirnos cuando no obedecemos)... la culpa. Estoy cansada porque no es la maternidad la que se interpone en mi "libertad", sino más bien, la culpa de no cumplirles y de no querer hacerlo.

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3 comentarios

  1. Ay Fran! Que complejo enfrentarse a la demanda se ser mamá feminista, el otro día escuché a una mujer hablando de lo bien que le ha heho criar en manada, y a veces siento que nos compramos demasiado bien el cuento del individualismo y la competitividad que ya casi no quedan aspectos de la vida que no se vean permeados y estropeados por eso... ser mujer/mamá/feminista en una sociedad neoliberal donde la productividad es el norte me hace pensar en lo importante que es mantenernos juntas y sororas. <3

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  2. Si, Lili...esa es también mi conclusión. Estar más cerquita se vuelve una necesidad para mi hoy día... <3

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  3. Hola Francisca!!!
    Yo soy mama hace 6 años, de dos ya y pucha que entiendo a lo que te refieres! Es complicado, pero sinceramente para mi no hay tan cosa como una mala mama siempre y cuando tu fin sea hacerlo bien, cada quien hace las cosas a su manera sin ser buenas o malas no?
    Yo soy mama de dos niñas, lo que lo hace mucho mas complicado al buscar un mundo mas igual para ellas, ya que en casa puedo procurar que sea asi, pero al salir a la calle ya todo cambia, incluso la familia fuera de casa. Dentro de casa intento educar a mi pareja tambien, y le dgo, que el no entiende lo dificil que es ser mujer y que no colabore a que sea dificil para las hijas si no todo lo contrario, que ayude y eduque para que ellas no tengan limites, y para que no noten las diferencias que aun hay!
    Pucha la verdad este es un tema que da para tanto!!! pero gracias por tu reflexion!
    Cariños!

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